Dejar a alguien no es nada sencillo. Nadie va a estar 100% seguro de su decisión, más que nada porque lo que vendrá después no lo sabes ni tú, ni él, ni nadie. Pero todos sabemos que lo que va a tocar a es un duro proceso de adaptación que no es para nada agradable.
Quieres dejarlo. Que no estás del todo segura, pues bueno, pero tienes claro que no es lo que quieres y eso es más que suficiente. Lo importante es que tomes las decisiones oportunas en función de lo que te hace sentir cómoda y lo que quieres.
Puede que lo quieras. Es más, me creo que lo quieras, y por ello te cueste encontrar los métodos adecuados para hacerlo sin que te confundan. Pero ten presente que no eres feliz. Que no te sientes bien con ese trato, que no quiere decir que el muchacho sea mejor o peor persona, simplemente que tú no te conformas con eso. Tenlo presente antes de dejarlo, durante y después.
¿Cómo? Siempre de frente, pero sin irte por las ramas o dejando pie a que intervenga. Decirle a esa persona, me siento así, pasa esto, no es lo que quiero y he tomado esta decisión. No es un debate, no quiero oír tu opinión. Es una decisión personal. No hay culpables. Ahora es doloroso, pero lo importantes que... los dos seamos felices. ¿Por qué no te vas a merecer ser feliz? No eres ningún monstruo por dejar a nadie.
Y di todo esto orientándote hacia la puerta. Escucha lo que tengas que escuchar, también comprende que la otra persona necesita ser escuchada, pero deja el altruismo a un lado. En ese momento debes mirar por ti, y él acabará haciéndolo también.
Mucha suerte.
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