Vamos a ver, todo depende de con quién se suelte la mala leche, los motivos y las circunstancias. Pero en mi caso es muy simple:
- Con completos desconocidos: me importan lo que se dice un pimiento y me da igual ser irracional, si me tocan las narices, yo también las toco y bien tocadas. Eso si, nada de agresiones físicas.
- Con compañeros de clase o de trabajo: cuento hasta 10 e intento que la cosa no pase a mayores si es posible, no me gusta que haya malos rollos en mi ambiente de trabajo y hay que ser muy diplomático, pero una vez ya he terminado de contar hasta 10 me sale el lado irónico y me cabreo.
- Con amigos y familiares: también intento contar hasta 10 pero por la confianza me corto menos y exploto antes. Aunque muchas veces me callo cosas o suelto indirectas para que pillen un posible cabreo.
- Con el churri: como él es de los que no se callan nada y normalmente tiene peor genio que yo, ni me molesto en contar hasta 10 porque no va a servir de nada. Aunque a veces pasa lo mismo que en el punto anterior, por la paz un ave maría, que se dice.
No soy de gritar ni tirar cosas, soy de hechar maldiciones con las miradas y muy muy irónica y muuuuuy sarcástica.... Lo cual no es muy bueno porque se terminan diciendo burradas que uno ni siente ni piensa... Cuando me cabreo de verdad es mejor darme mi espacio y que se me vaya pasando solo.
Pero soy un remanso de paz