Patatas gajos al horno:
Pelamos tantas patatas como creamos que nos vamos a comer. A eso, añade una más porque te va a faltar seguro.
Podemos no pelarlas, para que quede una cara con piel, pero entonces hay que lavarla muy bien con un cepillo de dientes.
Las cortamos en gajos del mismo tamaño.
Las metemos a un bol, echamos aceite de oliva, que pringue. Y ya dejamos volar la imaginación con especias.
Yo le pongo:
Un mixto de especias para pinchos morunos (que trae cilantro, comino, cúrcuma), ajo en polvo, pimentón dulce, sal, pimienta, perejil o romero, según el día. Y un poco de zumo de limón. Removemos con las manos, y colocamos en una fuente de horno previamente engrasada, y para dentro una media hora (podemos pinchar para ir viendo si están, porque depende del grosor).
También podemos echarle a la mezcla un poco de pan rallado, a mi me gusta más porque da un toque crujiente.
Calabacines al horno:
¿Se nota que me gusta el horno?
Cortamos un calabacín lavado en lonchas o en rodajas, no muy finas. Engrasamos una fuente de horno y colocamos el calabacín, salpimentamos y especiamos al gusto. Otro chorrito de aceite por encima, y al horno.
Aquí podemos hacer dos cosas si apetece... O echar parmesano encima, o miel. Aunque el parmesano mejor echarlo cuando queden cinco minutos. Veinte minutos al horno y están listos.
Cambia calabacín por tomates cherrys cortados a la mitad, y ya tienes otra receta.