Cuando Andy sea mayor seguramente seguirá pensando igual pero su forma de afrontar la muerte de su perro será otra. No lo aceptará tan facilmente.
Los niños pequeños no saben muy bien lo que es la muerte, porque para ellos la vida acaba cuando se acuestan y empieza de nuevo cuando se levantan.
Pero si...Andy tiene razón en que los perros ya nacen sabiendo amar.
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