Pues cómprate un auto o vete en taxi y te ahorras la molestia de los bolsos asesinos...
Y en la calle camina con un traje de metal encima, no vaya a ser que una de las espinas envenenadas del bolso te de y te mueras... Oh, espera! ¿Cómo era el bolso? No vaya a ser de marca y lo estropee tu sudor al tocarlo.