La idea de la prisión es la reinserción. Pero entonces, un preso no debería salir a menos que se reinserte y de muestras de ello. Y si una vez fuera y con vigilancia reincide, otra vez debería internarse.
Es lo que me dice el sentido común. Pero resulta que no funciona así.
Se amenaza con tantos años de prisión si haces algo. Por tanto le estás aplicando como un castigo, no una reinserción. Pasada la condena sales, independientemente del resultado de tu encierro. Pero un castigo debería cumplir algo más que un simple encierro. Trabajar en algo productivo, limpiando el monte, las calles, y dependiendo del preso servicios sociales.
Y comodidades las justas, es un castigo no unas vacaciones. ¿Teledeporte?, ¿gym?, una cosa es cumplir con los derechos humanos y otra es dotar a los castigados, de cosas, que alguien normal no puede permitirse.
Y lo que clama al cielo es el trato de favor de según que personas entran. Políticos, banqueros, empresarios con pasta no van a la cárcel. Eligen dónde, y hasta en que módulo, y les montan suites y servicios pagados por nuestros impuestos.
Así que en realidad lo que tenemos es un castigo a medias, y una reinserción ineficaz.
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