Usuario Novato
Registrado el: 22-April-2014
Mensajes: 2
|
He leído bastante en este foro y no me he atrevido a contar mi historia, quizás por preservar mi intimidad, pero lo cierto es que necesito vuestras opiniones para seguir adelante con mi vida. Primero de todo decir que soy gay, con lo complicado que esto resulta para mi puesto que me costó mucho asumir esta condición sexual, actualmente tengo 44 años y hasta los 33 no empecé a aceptarme. En este tiempo he tenido dos relaciones, la primera de unos 5 meses y la última y de la que me estoy recuperando, ha sido de casi 7 años. Mi ex, ya hay que decirlo así, conmigo descubrió esta cara de su sexualidad pues hasta ese momento siempre había tenido novias. Los comienzos de la relación fueron duros, pero durante todo el tiempo que ha durado siempre ha primado la discreción, el que nadie se enterase de lo nuestro. A pesar de vivir en el mismo barrio, solos y tener cada uno su casa, a penas nos veíamos los fines de semana, y algún día durante la semana. Siempre porque él tenía sus clases de esto y aquello, a su pobre madre viuda, familia, trabajo, etc., cuando llegaba a casa era tarde, cansado y no tenía tiempo para mi... Yo me conformaba con una llamada de teléfono y vernos “cuando se pudiera”.
Para procurar que su entorno no se enterase de lo nuestro, no salíamos de casa prácticamente, eso sí hacíamos alguna escapada de fin de semana a Madrid, Sevilla, etc. y algún que otro viaje al extranjero. Yo quería verle más, un día a día, soñaba que en algún momento las cosas cambiarían y se haría realidad, pero transcurría el tiempo y se instauró la monotonía y el estancamiento. Enamorado, no veía las cosas con claridad, no me daba lo que necesitaba, pero me conformaba con saber que era su forma de ser y que cada persona tiene una manera de querer y de estar enamorado. Lo sentía así.
Durante los últimos meses de la relación empecé a notar algo raro en él, cosas que no me cuadraban... Así que un día me senté con él y le pregunté abiertamente si me quería de verdad, que notaba que algo no iba bien, que si había aparecido otra persona... Me lo negó rotundamente, pero yo no terminaba de creerlo. Hasta que pasados un par de meses, descubrí un mensaje en su móvil muy cariñoso de otra persona, no había invadido ese tipo de intimidad nunca, pero mi mosqueo me indujo a hacerlo. Por supuesto me lo negó todo, pero yo no me lo creí y seguí indagando hasta enterarme que había estado manteniendo una relación paralela con otro chico. Lo tenía fácil por el tiempo que me dedicaba a mi y porque yo confiaba plenamente en él y no le creía capaz de hacer algo así.
Con todo el dolor de mi corazón tuve que cortar con él, pero a pesar de todo, teníamos pagado un viaje mes y medio después de la ruptura y decidimos darnos ese tiempo para reflexionar y ver si podíamos arreglar las cosas. Yo confiaba en que sí, decidí perdonar y continuar, estaba muy enamorado. Hicimos ese viaje, pero le notaba cada vez más frío y distante, hasta que al final me dijo que ya no sentía lo mismo por mi. Creo que una vez más se aprovechó de mi para no perder ese viaje y al final dejarme. “Encima de cornudo apaleado”, sentí y así se lo dije que yo mismo me había humillado hasta el fondo al haber tratado de continuar con algo que estaba roto prácticamente desde su inicio.
Ahora te quitas la venda de los ojos y te das cuenta de que alguien que te quiere de verdad no debe tratarte de cierta manera. Sientes dolor, mucho dolor. Tuve que cogerme una baja laboral porque no podía dejar de llorar y sentirme mal, adelgacé 8 kilos en poco menos de un mes. Mi mundo se derrumbó por completo, durante la relación me aislé de los pocos amigos que tenía y me encontraba solo. Al final recurres a parte de tu familia para que te ayude a salir del pozo, tuve que confesar esta situación a un par de amigos y a uno de mis hermanos. Me han ayudado bastante...
Al cortar le dije que no quería volver a saber nada de él, que siguiera su camino y yo el mio, pero en navidades y el día de mi cumpleaños me envió mensajes de felicitaciones diciendo que lo sentía mucho todo por su culpabilidad y traición, deseando que encontrara la felicidad y pidiéndome una amistad. No contesté a nada, llevo ya 9 meses manteniendo contacto cero, pero no hay un solo día que no piense de una manera u otra en él. ¡Cuesta tanto desenamorase!. No me he cruzado con él por la calle todavía y temo el día en que esto suceda porque todavía lo tengo muy presente en mi y no sé cómo debo reaccionar, qué debo decir o no decir. En mi interior profundo sueño con tener una conversación relajada con él, pero en todos estos meses no ha mostrado ningún tipo de interés por volver conmigo, estoy prácticamente seguro que ha continuado su vida con otra persona.
Por mi parte, en este tiempo he conocido personas interesantes, pero me siento desilusionado, con esta historia se han llevado gran parte de mi corazón y sentimientos, dudo mucho que pueda volver a sentir y eso me entristece cada día más. Trato de pasar página, hago deporte, salgo cuando se presenta la ocasión, he recuperado algunas amistades perdidas, pero me sigo sintiendo vacío, solo y triste, llorando alguna vez y teniendo pesadillas con todo esto. ¿Es normal? ¿no ha pasado ya suficiente tiempo? ¿cuándo dejaré de acordarme de él? Al principio de la ruptura pedí ayuda psicológica y estoy dudando si debo hacerlo de nuevo, aunque siempre terminas dándote cuenta que lo que cura todo es el tiempo, la cuestión es ¿cuánto?
Gracias por tener la paciencia de leer mi historia y agradecería vuestras opiniones, vivencias y consejos.
|