Cita:
Iniciado por Diazepam
Sí, todas las épocas y fórmulas tenían sus pros y sus contras. Ojalá mis padres hubieran priorizado el amor y no se hubieran condenado a un matrimonio eterno tan lleno de carencias, intimidad y cariño. El hecho de que hoy día muchas personas fundamenten la pareja en el amor no es más que el efecto rebote de haberse criado con esos matrimonios a la antigua.
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Así es, Diazepam. La clave sería, como en casi todo, centrarse en el equilibrio y no en los extremos. Es evidente que una pareja donde ya no queda ni rastro de afecto, sustituido este por la indiferencia o, peor aún, por el desprecio o el desdén, no puede en modo alguno funcionar. Menos aún si en su seno se producen malos tratos, discusiones u otras manifestaciones violentas. Pero el otro extremo es asimismo absurdo: pretender vivir siempre dentro de un carrusel hormonal plagado de chispas, pasión y acontecimientos excitantes. Si el amor mengua en intensidad pero deja como poso un cariño mutuo y una convivencia agradable, con numerosos nexos comunes (aquí podríamos incluir hijos, aficiones comunes, buena comunicación, objetivos a conseguir, etcétera), el matrimonio no tiene por qué ser algo aburrido, ni mucho menos. En cierto modo es como los vinos, que pueden ganar calidad con el tiempo…, salvo que se terminen agriando, claro.