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No tiene por qué necesariamente haber un tercero en discordia. Puede que lo haya, sí, pero ya digo que no necesariamente. Posiblemente lo sucedido sea tal y como ella te lo ha contado, que no encuentra ya chispa alguna en vuestra relación y eso le haya provocado una sensación de hastío y frustración que le resultase intolerable. Mucha gente ve el matrimonio o la relación de pareja en general como una burbuja electrificada donde el amor y la pasión deben constantemente restallar en forma de fulgentes chispas, mariposas saltarinas u otros fenómenos análogos. No parecen darse cuenta de que eso es algo pasajero, con fecha de caducidad, y que la verdadera esencia de una relación a largo plazo (llámesele matrimonio, unión de hecho o como se quiera) es compartir un proyecto basado en intereses comunes y fortalecido mediante nexos sólidos que permitan y hagan estable la convivencia. Es cierto que el amor puede ser uno de esos nexos, a corto plazo el más importante sin duda. Sin embargo, existen muchos otros que a largo plazo son todavía más sólidos y que conforman los verdaderos cimientos de una relación duradera, y en vuestro caso ninguno más sólido que ese hijo común que tenéis. Es una pena que ella no lo haya visto así, que se haya centrado simplemente en sí misma… Pero, claro, si de verdad siente que se asfixia en el seno de vuestra relación, si ha perdido todo aliciente, si ya no ve más allá de esa insatisfacción personal que percude en su ánimo como la escoria, entonces poco más puede hacer. A mí personalmente es algo que me cuesta entender, pues siempre he sabido distinguir entre amor y matrimonio, pero cada persona es un mundo en este sentido. Ojo, no se me malinterprete, que tampoco pretendo decir que una relación a largo plazo esté por naturaleza exenta de amor y pasión, nada más lejos de mi intención afirmar eso, sino tan solo que con el tiempo esos dos componentes se van atenuando de algún modo y son los otros cimientos los que sostienen la relación. Eso sí, si el amor y la pasión se extinguen al cien por cien o, peor aún, si se transforman en desprecio, rencor o encono, entonces sí que la relación estará enteramente podrida.
En todo caso, si ella dice que ya no te quiere, es difícil (no imposible) que te vuelva a querer, ni con contacto cero, ni con contacto mil. Los sentimientos son ajenos a la voluntad, van y vienen a su libre albedrío y lo normal es que una vez se hayan esfumado, no vuelvan a aparecer. Lo que sí podría ser es que con el tiempo ella se dé cuenta de que en la pareja no todo es el amor, que hay cosas más importantes, que una convivencia pacífica con un hombre que te respeta, con quien haces cosas divertidas, con quien compartes aficiones e intereses comunes y con quien, en definitiva, puedes establecer un proyecto de futuro, es más importante que la chispa continua del amor revoloteando dentro de la burbuja. Pero es un convencimiento que debe adquirir realmente, no forzado de ningún modo. Es decir, tiene realmente que creer en ello, pues si no es así, por mucho que tú puedas explicárselo, será inútil.
Ánimo y mucha suerte.
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Modo Híbrido
