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Iniciado por fj bulldozer
Lo más habitual es que, salvo cuando somos jóvenes y caprichosos hasta que la vida nos pone en nuestro sitio, una persona busque alguien del sexo opuesto (o del mismo sexo en caso de que sea homosexual) de un nivel físico similar al suyo. Para mí lo ideal es que, un hombre con sobrepeso esté con una mujer con sobrepeso; un hombre alto con una mujer alta; un hombre bajo con una mujer baja, etc, aunque luego te puedes encontrar excepciones.
Es ridículo que un hombre que no llegue a 1,70 y tenga panza, descarte como pareja a una mujer de 1,60 con sobrepeso y se desviva por mujeres de 1,80 con figura esbelta de bailarina. ¿A dónde pretende llegar ese individuo? Por supuesto que las chicas esbeltas pasarán totalmente de él. Otra cosa es que ese "bajo panzudo" fuera multimillonario y "comprara el amor", pero yo, siempre que pongo ejemplos, me baso en condiciones normales, donde el hombre tenga un trabajo normal y corriente y un sueldo medio. Ni me molesto en hablar de la "élite"; pertenecen a un universo distinto del mío y del perteneciente a todos los que estamos en este foro.
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No estoy de acuerdo, se ven muchas parejas disparejas en la calle.
De hecho, en cuanto a alturas, mientras más baja es una mujer, más les gusta tener novios de una altura sobre el promedio. Se ven ridículos, es cierto, pero es habitual verlos.
En cuanto al peso, se ven una gran cantidad de mujeres con sobrepeso con hombres flacos, que tienen un cuerpo con la mitad del volumen que ellas. Y también se ven, aunque menos, mujeres delgadas con hombres gordos.
Respecto a la edad, es más difícil saberlo, ya que hay gente que se mantiene bien con 30 o 40 y otras personas que sobre los 25 están acabados o se ven mucho mayores que la edad que tienen. Por lo que puedes estar frente a una pareja que tiene uno/a 25 años y la otra 35 y ni te enteras.
Y si nos vamos a la belleza en cuanto a rasgos faciales, hay de todo, feos con lindas, tipos pasables con feas, etc.
Además, la naturaleza nos hizo más feos que una mujer, ellas son mucho más agradables, llamativas y vistosas que nosotros. Somos como los pavos reales, pero al revés.