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Es ya tarde para muchas cosas y demasiado pronto para otras, cerca está de cumplirse una anualidad desde que mi ex me dejó, suficientes días para borrar esa pena pero no tantos como para recomponer mi vida, me vi sin amigos y con muchas horas vacías, centré mis esfuerzos en recuperar mi autoestima para poder comenzar de cero, sin cargas emocionales, pero después de todo este tiempo mi único progreso ha sido el olvido.
Clavo mi mirada en el futuro y no veo nada, todo es incierto, no tener ningún proyecto puede parecer divertido y emocionante, un horizonte abierto en el que todo puede ocurrir, pero la realidad es bien distinta, carecer de ilusiones y metas hace del día a día una carga pesada.
Trato de buscar el aliento en momentos más inmediatos y puntualmente lo consigo, los éxitos repentinos me otorgan un ligero empujón, un breve avance hacia ninguna parte ya que siempre me alcanza de nuevo esa sensación de tristeza como si fuese mi sombra.
No necesito de nadie para afrontar mis miedos, pero tanta soledad me lleva a plantearme qué poseo o de que carezco para no tener amigos. Aunque soy algo tímido, tengo facilidad para relacionarme con la gente, recientemente cambié de trabajo y no he tardado en adaptarme al nuevo grupo, pero lejos de esos entornos cerrados y obligatorios de encuentro no cuajo en ninguna parte.
Los fines de semana van pasando, mientras se acercan me ilusiono con la idea de no tener que ir al trabajo, pero cuando me veo inmerso en todas esas horas desocupadas me doy cuenta de que para atravesarlas sólo estoy yo. Está muy bien eso de la introspección y el conocerse a uno mismo, pero empiezo a estar cansado de mirar hacia dentro y me gustaría tener ratos amenos disfrutando de las cosas y la gente que hay fuera.
Cuando comencé a superar el dolor de la ruptura pensé que volvería a ser el de antes, pero una vez pulidas las asperezas afectivas veo que ya nada volverá a ser igual, la melancolía de tiempos mejores y el, en apariencia, inalcanzable renacimiento de otros nuevos me aíslan aún más de un mundo que hoy me resulta ajeno.
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