Lo del amigo enviándole mensajes haciéndose pasar por ti es, no sé, muy de instituto de educación secundaria. En tal caso, son esas etapas difíciles de la vida, en las cuales arruinar cosas se vuelve una competición. No estás sola en eso.
Incluso tu amado, comiéndose los anzuelos, no tiene pinta de ser una persona del todo avispada, infalible y sagaz. No está todo perdido. Lo mismo, de carambola, se resuelve todo, que es lo que ocurre cuando las equivocaciones tienden a multiplicarse.
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