No sé cómo pasamos de la noticia de un boxeador golpeando a un maltratador, a hombres maltratados por mujeres, hombres tras las rejas por defenderse de un ataque de una mujer, hombres de los que todo el mundo se rie porque la mujer los maltrata en público.
Los de la noticia son dos hombres, el boxeador NO defiende a la mujer, le dice al que la está maltratando que se retire de la sala de cine porque hay niños, solo le ha faltado decirle que salga a maltratar a su mujer afuera, pero como no pueden ponerse de acuerdo sobre quien la tiene mas grande llegan los insultos de un lado y los golpes del otro con la gente al final agradeciendo al boxeador.
Que al menos, con su invitación a salir fuera de la sala, detuvo la agresión, al menos hizo algo más allá de grabar con el móvil, denunciar al hombre en redes sociales, o esperar a que llegara la policía, pero no nos engañemos, los golpes no han iniciado por defender a la mujer, han sido por defender su honor ante los ahí presentes.
A mi, siempre me va a alegrar que un maltratador (o maltratadora) reciba un poco de su propia medicina, sea la víctima su pareja, su empleado, su camarero, o algún animalito que tuvo la mala suerte de cruzarse por su camino.
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