Esto es sólo mi opinión y mi punto de vista acerca de este tema, acepto y tolero todas las posturas, pero eso no implica que no pueda exponer la mía.
La “fiesta” nacional, tortura excusada con “arte”. No consigo apreciar la belleza de esos movimientos ni la proeza de tanta valentía, mis ojos se clavan en la sangre y sólo veo muerte.
El animal cruza el umbral de su destino y entra en la plaza, confundido mira a los lados, no hay esquinas ni burladeros para él, atrapado en una espiral que contempla y disfruta de su agonía, aplausos mezquinos alimentados por el morbo.
Disfraces dorados que se tiñen de rojo con el roce de los cuerpos, heridas sangrantes que merman su bravura, embestidas desesperadas que convertir en adornos, acero clemente que sesga su sufrimiento, y su corazón.
El toro no nació para el sacrificio, nosotros lo criamos con ese fin, como a tantos otros animales. Lo que pasa es que en este caso, la muerte no parece tener una justificación comprensible, y el suplicio nunca tendrá coartada.
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