Hola foro.
A veces, no falta quien se aprovecha de que queramos ayudar a los demás.
Hace algunos años, hacía un año que había terminado yo la universidad, y un chico que conocía de algunas conversaciones triviales solamente, me contactó para decirme que tendría su fiesta de graduación y que, no tenía con quien ir, y que le daba pena ir y que ninguna chica de las que irían sin pareja quisiera bailar con el, porque durante toda su vida ninguna chica había aceptado bailar con el nunca en ningún evento o fiesta, y que si podría ir yo y acompañarlo y bailar con el.
Me pintó un cuadro tan lacrimoso que acepté, llegué por mi cuenta al lugar donde era la fiesta, me presentó a su familia, amigos, etcétera, nos pusimos a bailar y para no hacer larga la historia, me fui temprano a mi casa porque no me gustó para nada como después de que llegó el turno de bailar alguna pieza abrazaditos empezó a ir por ahí dando a entender que eramos pareja, cosa que, si me lo hubiera dicho desde un inicio, tal vez hasta habría aceptado seguirle la corriente, pero sobre aviso, no así, de la nada, portarse de esa forma.
Así que, desde entonces, nunca más aceptar hacer esa clase de favores de personas que no conozco lo suficientemente bien.