|
Guest
|
Mi historia es la siguiente, hace ya 5 años que conocí al que se convertiría en uno de mis mejores amigos, y también, sin saber aun muy bien porqué, en el amor de mi vida.
Pasamos días y días juntos, horas y horas, momentos y momentos y me dejé llevar, tanto que me enamoré locamente, y creo que él fue consciente pero no sintió jamás lo mucho que yo sentí. Me dediqué a interpretar miradas de la forma que yo quería que fueran, a ver cosas allí donde no había nada, absolutamente nada, le quise en silencio hasta dolerme, hasta llorar, hasta sufrir y hasta que me esforcé en olvidar y rehíce mi vida o al menos lo intenté.
Busqué lo que él nunca me dio en otros brazos, y lo encontré, me consolé, me conformé hasta la saciedad y salí adelante arrepintiéndome de mi poco valor y de mis ganas.
Pasaron ya varios años, más de los que nunca debieron pasar y la relación que siempre tuvimos ya no era la misma, ni nosotros tampoco, ya no éramos cómplices de nada, ni había nada que nos uniera más allá del deseo reprimido.
Intenté darme un respiro a mi misma y abandoné el lazo sentimental que me ataba a otra persona, pero mi debilidad unida a mi sentimientos a flor de piel me llevaron a caer en manos de un nuevo amor que me dio todo, todo lo que siempre soñé, me hizo feliz, me ayudó a ser yo de nuevo y eternamente agradecida estaré, pero el ser yo nuevamente llevaba consigo recuperar todo aquello que había dejado atrás y retomé lo que me unía con aquel antiguo amigo que me marcó por toda la eternidad…
Comenzamos a vivir de nuevo, a ser nosotros mismos a quedarnos solos sin premeditarlo, o si, nunca lo sabremos con certezas, solo sé a ciencia cierta que sucedió aquello con lo que tantas a veces había soñado, eso que mi mente había recreado una y otra vez durante años, si lo pienso así, aun me cuesta creer.
Pasó, de la manera más pasional jamás descrita, de la forma más salvaje que pude imaginar, dejando ver los años de deseo y represión, con la piel erizada y sintiendo dolor a causa de la incredulidad y la alegría, no existen palabras certeras para describir esa sensación, ni existirán jamás, y pasó una vez y otra y otra…. pero y mi pareja ¿dónde quedó? ¿Cómo responder a dos personas?
Amo tanto lo que tengo que me asusta pensar que puedo perderlo, pero más me asusta aún pensar que no habrá nada esperándome al otro lado, si cierro los ojos ninguna de las dos imágenes aparecen en mi mente, es tanta la duda que es imposible decidir qué es lo que me hará feliz, ¿si aquello con lo que siempre soñé o aquello que cayó del cielo para hacerme feliz?
No sé si valdrá la pena arriesgarme por algo que puede que nunca sea más de lo que ya fue, pasión y deseo y nada más, y abandonar así la estabilidad, la alegría, el entusiasmo, la paz de la que gozo ahora, pero fríamente, ¿el hecho de planteármelo no es signo evidente de que debo aventurarme? ¿Me puede el miedo a quedar en la estacada o verdaderamente es el sentimiento? ¿Sí me ofrecieran un camino de algodón hacia, aún lo pensaría?
Lo único que puedo afirmar, es, que solo la cordura llevará a la felicidad.
|
Mode Lineal
