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Ojalá estos casos que están saliendo sean todos negativos porque si no ya estaríamos teniendo un grave problema de salud pública entre manos. El contacto físico... ¿vosotros sois conscientes de ello?... es inevitable, casi imposible de evitar, a menos que se esté protegido de manera adecuada con mascarillas y guantes. La dispersión de este virus con sólo un caso positivo podría ser desorbitada... sobre todo en vista de nuestros modernos sistemas de transporte público que, en menos de 20 horas te mandan a cualquier parte del globo.
Lo que me preocupa, y aquí hablo con el corazón en la mano, es mi estado de salud y el de los míos. Aquí sería muy hipócrita si dijese que me interesa el bienestar de los ciudadanos de Monrovia. No es racismo ni etnocentrismo ni leches. ¡Lo mismo sucedería con habitantes de Detroit o de Washington! Podemos sentir profundamente el dolor y las situaciones de profunda injusticia en muchas partes del mundo pero no hay una preocupación auténtica por esas personas. Tal vez una solidaridad por compartir las características de la raza humana. Y ya cada uno su sensibilidad mayor o menor. Pero sinceramente no es lo mismo, y no lo será nunca, que se vea infectado un señor de Cuenca, Madrid o Bilbao (por no hablar ya de conocidos, familiares o amigos) a uno de Port Loko, Greenville o Abidjan. Y el que diga lo contrario... miente.
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