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Traer al enfermo o no es un debate casi filosófico. Los utilitaristas dirán: "dejemos morir al sacerdote, no vale la pena arriesgar la vida de muchos por una persona". Los deontológicos traerán al cura, pues entre dejar morir a una persona o intentar salvarla sean cuales sean las posibles consecuencias a posteriori, se quedarán con la segunda.
Nosotros discutimos, pero ellos deciden. Y los que deciden no siempre lo hacen por el bien común o por convicciones éticas, sino por intereses propios. Cada día se hace más evidente que este Gobierno nunca ha tenido poder de decisión, siempre se ha visto influenciado por terceros, ya sea por compañeros centroeuropeos o entidades asociadas a sus políticas arcaicas desde tiempos inmemoriales. Al final el razonamiento o la discusión brillan por su ausencia, pues las decisiones ya estaban tomadas previamente por otras personas.
Ayer sonreíamos mientras sentíamos pena por los pobres negritos fallecidos. Hoy guardamos la sonrisa y discutimos qué hacer con nuestros compatriotas blanquitos. Probablemente mañana volveremos a sonreír cuando el escándalo social haya acabado. Pero aún queda mucho para que los de arriba decidan cortar el problema desde la raíz. Mientras sigamos empobreciendo el país africano y permitiendo su "libre" circulación (entiéndase en terminos de globalización) no tardará en aparecer otro amigo mutante que nos suponga una nueva amenaza. Pero entiendo que unos cuantos prefieran seguir aprovechándose de la situación, viviendo a costa del pobre. ¿Qué necesidad hay de proporcionarles ayuda si mientras ellos se hunden yo me hago más rico? Es más, ¿Por qué no tenderles la mano con falsas promesas que a la larga puedan beneficiarme a mi?
Para los conspiparanoicos la existencia de un continente pobre es casi vital. Se puede aprovechar como componente especulador. Te destruyo un poco controlando el área, sembrando el caos y ayudo a los que tienen dinero a permanecer vivos pero un poquito más pobres. Las farmacéuticas están que ni se lo creen. ¿Verdadero o falso? No pondría la mano en el fuego por ninguna de las dos opciones, pero mientras los razonamientos no se alejen demasiado de una posible realidad, seguiremos especulando. ¿Ayudar? tampoco es viable, no interesa.
En cuanto a la mortalidad del virus, como bien han dicho, que se haya reducido no es del todo una buena señal. Si antes eramos 10 y morían 9, el virus no tenía mucha escapatoria. Su propia mortalidad era su mayor lastre. Que la mortalidad disminuya, pero no solo eso, que el tiempo entre infección y muerte se incremente, es lo verdaderamente peligroso de la enfermedad. Si mueres en 5 minutos, poco podrás contagiar. Si tardas 20 días en morir o en salvarte, apaga y vámonos.
En fin, sea como fuere, estamos jodidos y estaremos más jodidos si seguimos preocupándonos del sacerdote en vez de en ayudar a los pueblos africanos a combatir este tipo de enfermedades sin empobrecerlos aún más en el intento. No se trata de salvar a uno o a dos, se trata de cortar el problema desde la raíz, dar ayuda real y DESINTERESADA.
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Modo Híbrido
