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“El ébola puede salir del hospital Carlos III”, dice la secretaria de la Asociación Madrileña de Enfermería.
“El ébola puede salir de este hospital”. El hospital es de Madrid, el Carlos III. Ébola. Palabra que hoy da miedo en Europa. En España. En EEUU. En Madrid. Ya no es una palabra africana. Lejana. Negra. El 11 de julio de este año más de un centenar de miembros de los equipos de enfermería, urgencias e intensivos del Hospital madrileño de la Paz presentaron una notificación ante el juez de guardia de los juzgados de Plaza Castilla denunciando “la designación —el pasado día 28 de abril— del Hospital de la Paz como centro de referencia para la detección, cribado y tratamiento de posibles casos de ébola”.
“Hubiera sido poner en La Paz una bomba de relojería”, explica a cuartopoder.es Amelia Batanero, secretaria de la Asociación Madrileña de Enfermería. “Todo esto tiene que ver con el proceso de privatización de la sanidad pública. Estaban desmantelando el Hospital Carlos III, que sí era un centro de referencia [para enfermedades emergentes y pandemias], pero después de haber eliminado el servicio de rayos, el banco de sangre, y la UVI, tuvieron la suerte de mantener las habitaciones de presión negativa, que estaban a punto de eliminarlas también. En La Paz no existen este tipo de habitaciones, que para aislar estos virus son necesarias. Nos han hecho caso y al final llevan a Pajares al Carlos III. Pero a nosotros los enfermeros, los celadores o a los auxiliares no nos han preparado para afrontar una alerta así. No conocemos ni los protocolos. El ébola puede salir de este hospital”.
Miguel Pajares es el sacerdote español del Hospital San José, de Monrovia (Liberia), repatriado ayer e ingresado en el Hospital Carlos III infectado por el virus. Cuya tasa de mortalidad alcanza el 60%, según la revista The Lancet, en países desarrollados, y el 90% en África. No tiene cura. No existe tratamiento. Una habitación de presión negativa es una estancia con menos presión que el exterior, de forma que, cuando se abre la puerta, el aire que respira el enfermo no se difunde por los pasillos.
Según los denunciantes, “la transmisión interhumana se produce por contacto físico directo con un caso sintomático o fallecido, con sus fluidos, secreciones o excreciones corporales. La vía —de transmisión—aérea no está confirmada pero tampoco ha podido descartarse”.
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Amelia Batanero, secretaría de la Asociación Madrileña de Enfermería. / ameenfermeria.com
La secretaria de la Asociación de Enfermería, ante la pregunta, muy directa, de si el ébola puede salir del Hospital Carlos III y empezar a jugar su juego deletéreo en Madrid, contesta con bastante contundencia: “Sí, el ébola puede salir del hospital”.
Dice Batanero: “Los protocolos que tiene que cumplir el personal ante una situación como esta no se han hecho públicos, aunque los pedimos en marzo. El personal está formado, pero no entrenado. El Carlos III es seguro, pero dependiendo de cómo manejes la situación. A nosotros no nos han entrenado sobre cómo ponernos o quitarnos el traje —de aislamiento—, y un día puedes estar con un infectado de ébola y al día siguiente en cuidados intensivos o con inmunodeficientes. Los protocolos te los explican el día antes. Puede haber un fallo humano”.
—O sea, que a través de un traje mal utilizado, el ébola puede salir del hospital —se le pregunta a Batanero.
—Sí. El ébola puede salir del hospital.
Al juez de guardia de Plaza Castilla le llegan inquietantes historias en el escrito que recibe el 11 de julio: “En el mes de abril se producen dos sospechas de ébola en Madrid, las autoridades sanitarias derivan el primero de ellos al Carlos III, dándose cuenta de que es imposible atenderlo allí por falta de infraestructuras. El segundo caso, el 27 de abril, es asumido por La Paz, descartándose en pocas horas la sospecha, pero ponen de manifiesto la necesidad de una nueva designación para la atención en estos casos”.
Los portavoces del Hospital La Paz, del que depende el Carlos III, se limitan a señalar que no han recibido aun notificación judicial de estos escritos. “No podemos decir nada, porque no tenemos constancia oficial”.
Daniel Bernabéu, médico radiólogo del Hospital de La Paz y presidente de la Asociación de Médicos de Madrid, critica que, ante la llegada Pajares y del ébola a España, “se ha hecho todo con improvisación, deprisa y corriendo”. Pero también matiza, después de advertir que él no trabaja en este campo: “Tengo entendido que todas las exigencias de material y equipo se asumieron. En un caso así, los profesionales no aceptan otra forma de trabajar”, apostilla para enfatizar que los médicos que van a tratar al sacerdote pueden garantizar que el ébola del sacerdote Pajares no va a salir del Carlos III. Horas antes de hablar con cuartopoder.es, había concedido una entrevista al portal Bueno Para La Salud en la que calificaba el ingreso de Pajares en el Carlos III como “político y no sanitario”, y se preguntaba: “¿Alguien puede garantizar que el virus no se va a escapar?”.
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