Un chico o un hombre, un perro, un gato o un caimán se os acerca un buendia, o una buena noche, o una tarde cualquiera a la puesta del Sol o una mañana mañanera y os dice: -Hola, me llamo Hambrosio, Gumersindo, Ricimero, Odoacro, Gundemaro, Antonio o José, Luis, Manuel, Antonio o David, que como todo el mundo sabe, llamarse José, Luis, Manuel, Antonio o David no transmite nada, así que son nombres que no personalizan y por ello es como no llamarse nada. En fin, que el muchcho en cuestión se os acerca y se presenta llamándose como sea y empieza una conversación. Supongamos que os ha entrado favorablemente por los ojos, así que la primera barrera, la más trascendental, ha sido superada exitosamente. ¿Cómo sabéis que no estáis ante un perfecto imbécil? ¿Cómo os dáis cuenta de que es una persona de la que te puedes fiar, que no está ahí ahora y dentro de una hora no os váis a ver tiradas en un descampado, sin ropa y estranguladas con uno de vuestros propios panties? ¿Cómo hacéis para adivinar qué se esconde en su alma sólo con mirarle a los ojos? ¿Cómo es eso de que "me transmita algo" cuando por más que he intentado ver algo en la mirada de una mujer a la que no conozco lo más parecido que se me ocurre es que era como mirar a los ojos a una bestia o un ser que no posee más imaginación que la necesaria para no tropezar caminando? Por más que lo intento, las mradas no me descubren nada de qué se esconde en la mente de las personas, de entrada todos somos como robots.
Por estas y otras cosas me pregunto dónde está esa magia, y si no es que tal magia de la intuición femenina no sólo no existe, sino que no se trata de la manifestacion en femenino del deseo y las ganas de ****** que se nos achacan a los hombres, la calentura del deseo en las mujeres se verbaliza como "que me transmita algo" cuando un hombre diría "que tenga un buen culo y dos buenas tetas, que eso es lo que la hace buena y lista".
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