El fin de semana perdí trágicamente a una amiga. Increíblemente, me doy el lujo de llamarla así porque aunque nos habíamos conocido en persona hace apenas un par de meses (por mi trabajo que me exige estar en el pc, paso mucho tiempo en redes sociales para no hacer mi labor tan solitaria), provocó un cambio no sólo en mí, sino en todo mi círculo de amistades.
Valoren a las personas que tienen cerca, nunca sabremos cuándo se irán de nuestro lado. Sólo un par de meses me bastaron para comprender la lección que me dejaste para el resto de la vida: no importa el problema, no importa que la situación sea la adversa... siempre debemos anteponer la sonrisa y la alegría. Simplemente eso hace que nuestro paso por este mundo sea más fácil, más llevadero, sobre todo cuando nos toca cuesta arriba. No lo voy a negar: he llorado bastante tu partida. Pero a pesar de la pena, me quedo con ese hermoso recuerdo, con esa imborrable lección... y sí... nos quedó una junta pendiente... pero no te preocupes, que no la olvidaré jamás... simplemente la dejamos pendiente por ahora