Hay que cogerle del culo. Apriétale un poco los cachetes.
Si no por la cintura.
Acaríciale el pelo, la cara y tal.
La espalda...
Y luego, ¡zas!, directo a la teta. Hay que hacer el cambio de ritmo rápido, a ver si luego no se va a dejar...
Como un ave rapaz. Rápido y directo al objetivo.