Son bonitos estos finales.
El fuego se apagó hace años. Unas palabras, de indiferencia; y que de nuevo se haga el silencio. Una canción que oía frecuentemente en los malos tiempos concedía un último baile. En extremo dulce, en extremo amargo; ambientado en el frío de la Navidad.
"Si bebiéramos no creo que nos besáramos
de la misma forma que lo hicimos, cuando esta mujer era solo una chica".
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