Sí, claro, con 21 años nos estamos resignando.
¿Quién dicta que lo normal es tener pareja antes de los 21? porque a mi esa edad y todos los años anteriores se me hacen más para otras cosas: jugar, concentrarse en los estudios, divertirse sanamente... total, para "arruinarse" la vida hay tiempo. Lo pongo entrecomillado, porque a menos madurez emocional, más probabilidades de pegarse batacazos en las relaciones.. O querer experimentar, etc. Que luego cada persona es un mundo, pero yo no aconsejaría echar a correr antes de caminar.
Y ahora vamos al meollo.
No creo que no gustes, lo que puede pasar en todo caso es que gustes a quién no te gusta a ti, que es lo más habitual. El amor al final se dice que es como una lotería, para que cuadre se necesitan muchos factores. Y entiendo que no quieras buscar pareja en una discoteca, pero entonces animate a otras actividades donde conozcas gente, socialices, hagas amigos, y así abrirás tus horizontes. En una clase como mucho tienes treinta tíos, suponiendo que seas la única mujer, así que veo muy normal que no haya chispa correspondida así porque sí.
De todas maneras a mi me da que hoy la juventud (como si yo fuera una tía muy madura y tal jaja) quereis tenerlo todo y muy rápido. Una mala costumbre derivada de la tecnología actual, donde todo lo tienes al alcance de la mano (o del móvil). Pues pasa igual con las parejas: se quiere tener cuando se cree que se necesita, desesperadamente, que hasta casi da igual quién venga. Porque una cosa te aseguro, en la vida hay gente mala que huele esa desesperación y se aprovecha de la misma. Tú puedes pensar que no mandas ciertas señales, pero lo haces.
Así que yo creo que la solución es invertir tu tiempo en cosas productivas, que te gusten y que te aporten cierto crecimiento personal. Pueden ser miles de cosas: deportes, actividades, caminatas, viajes, cursos, idiomas, clubes, baile... Matas dos pájaros de un tiro: entretenerte, y dar pie a conocer gente nueva. Y si, el amor "ya llegará", por mucho que chirrie la frase. Es que es así, y suele ser precisamente cuando menos lo esperas, cuando no lo buscas ni lo reclamas.
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