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Ayer una compañera de trabajo llegó tarde. Estábamos todos sentados a lo nuestro cuando apareció por la puerta entre risas exhibiendo un enorme cardenal en el brazo derecho. Según nos explicó, se había caído contra una barandilla de escalera de una atracción de feria en su pueblo. Un comentario banal como tantos otros a esa hora de la mañana en la oficina, salvo por cómo remató la explicación. "...ahora ya puedo denunciar a mi marido por agresión, por malos tratos...", mostrando ese brazo amoratado, entre carcajadas.
Lo ocho que presenciamos ese comentario, tres varones y cinco mujeres, mantuvimos un silencio sepulcral, comiéndonos nuestros comentarios, hasta el punto que la situación se volvió un tanto tensa.
Durante un pequeño descanso a media mañana y con un café entre las manos fue la comidilla de todos. Todo el mundo en mayor o menor medida criticaron el comentario. Fue el centro de atención. No es la primera vez que presencio comentarios de ese tipo, dichos por mujeres y por hombres.
¿Es que todavía no asumimos la gravedad de determinadas cuestiones?
¿No es irónico que esa frase salga de la boca de una mujer?
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