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Dado que me muero de aburrimiento y llevo tiempo dándole vueltas al tema escribo este post para ver si alguien quiere darme su opinión (sin haber pasado por lo mismo, qué más da).
Me gusta un compañero de trabajo con el que, por motivos de ubicación, contacto sobre todo por teléfono y email. Como nos llevamos bien, y además él me atrae, hablamos con frecuencia, y de cada vez nos tenemos mayor confianza, hasta el punto que es evidente que le caigo bien (si hay algo más, en principio no lo demuestra).
Pero las pocas veces en que nos vemos en persona no hablamos con tanta libertad y aunque la conversación es cordial él parece menos "suelto". Sin ir más lejos, el otro día me lo encontré, él no me vio (creo) y en vez de aprovechar la situación para saludarle y demás me di media vuelta y escapé. Al día siguiente nos contábamos nuestros problemas laborales con total alegría.
No es persona especialmente efusiva con sus congéneres, según he advertido, pero a distancia de cada vez nos tenemos más confianza, ¿qué no acaba de ir presencialmente? Después de todo somos los mismos, y de vista nos conocíamos de antes de tener que tratar por trabajo. ¿Qué cambia entre hablar con alguien por teléfono y hacerlo cara a cara?
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