En mi humilde opinión, creo que los celos son buenos en su justa medida, como han dicho loquita, Penélope, Montillano, etc. Y que son horribles y destructivos si se pasa uno de esa pequeñita medida.
Los celos justos en el amor son exactamente los mismos que el celo que uno tiene para que no se le queme la casa o para que no entren ladrones. Por ejemplo, uno sale de casa y cree que se puede haber dejado el fuego encendido, pues vuelve a ver. Es celoso de la seguridad de su casa. Uno oye un ruido extraño en la calle, en donde tiene aparcado su coche, y entonces mira por la ventana a ver qué pasa, es celoso de la seguridad de su coche. Pues de la misma manera una chica, por ejemplo, su novio le dice que ha quedado a dar un paseo y a tomar un café con una amiga, pero que no se preocupe, que solo es una amiga que ha conocido y que le gusta mucho como persona, pero que no quiere nada con ella, que a quien quiere es a la chica, a su novia. Esta chica se mostrará celosa, pero con razón, y estos celos no son malos sino afán de proteger la relación, porque...
LA GASOLINA NO HAY QUE DEJARLA CERCA DEL FUEGO
Lo normal es que no ocurra nada entre el novio y la amiga, pero... por ahí se empieza, igual prende o igual no.
Ahora bien, si esta chica (y lo que digo vale también para chicos, es sólo un ejemplo) se mostrara celosa de cualquier otra con la que hablara su novio, o por teléfono para pedir algo o para felicitarle el cumpleaños porque son compañeros de trabajo o amigos o se conocían ya... Pues son celos que hay que remediarlos, porque son destructivos. Para remediarlos está la comunicación, que genera confianza, y el amor verdadero, porque si el otro está contigo por divertirse pero no ves que se sacrifica por ti, que tiene detalles, que demuestra su amor, que te admira y piensa en ti, que eres lo más importante para él... poca confianza se puede tener. Pero si se logra esa confianza, es cuestión de mentalizarse (o acudir a un psicólogo) y se deja de ser celosa o celoso.
Los celos patológicos son naturales, no estamos locos por tenerlos, pero hay que remediarlos, como la pereza para estudiar o trabajar es natural, pero hay que luchar contra ella.