[Izaya]

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[Elizabetta]

Beso el almohadón vacío y mis lagrimas lo empapan. Dibujo en la pared tu perfil, voy recordando tus contornos como si fuera ciega y después los traslado a cualquier cosa, una sábana, una mesa, un árbol que se agita y creo ver tu cara entre hojas de mil colores y formas...
Amor ciego que no ve ni sabe olvidar, amor que duele porque no puedes sacarlo de ti, amor que quedó dentro de mi y no me deja vivir porque no puede amar.
En la playa solitaria en la que pasee sin ti, el mar me decía que no habrá mensajes en botellas vacías ni habrá más besos de aquellos que encendían todos los sentidos.
Tu eras mi playa y yo era la tuya, sin embargo mi playa quedó desierta, y ando buscando grano a grano de arena una parte tuya que de sentido a este olvido, ¿ Qué esperar cuando todo está perdido?
Un piano suena a lo lejos y una gaviota de espuma se agita por encima de mi.
No habrá nada si tu no estás, nada.

[Elizabetta]

Mis caricias te buscan en forma de palabras que extiendo, que salen de mi, a veces a borbotones, como sangre que brota de una gran herida.
Te busca mi mirada, se posa en los hombres con los que me cruzo esperando encontrarte, te creo ver volviendo una esquina, ando deprisa, te alcanzo, eso creo... pero no eres tu, a veces, creo escucharte y me giro bruscamente, intento localizar tu voz, pero tampoco...
Espero una señal tuya para volar de nuevo a tu lado, para desafiar las distancias, para sentir que tu mano se acerca a mi, y así contigo volver a ser una mariposa que se mueve con magia, con mis alas desplegadas y con la fe, al fin, recuperada.

A veces quiero volver a verla, quiero sentarme en ese banco de Blasco Ibañez y ver como el sol inunda ya mi rostro en esa mañana de verano. Quiero volver a escuchar su voz, mientras ella en el corrillo debate sus planes de futuro. Quiero estar presente en la ausencia de mi presencia de ese momento, tan solo para observar una y otra vez uno de los puntos que a veces quedan anclados más en el corazón que en la propia cabeza. Y ese punto es una imagen donde esta ella, donde esta la que no quiere se princesa, ni la chica de mis cuentos de amor.

Y alli esta ella, en ese tiempo tan lejano, en ese punto tan cercano, a no mas de 20 minutos... en los que en el adecuado "tiempo", causantes de mi alegría serían. Ahora está olvidado por las personas de ese ayer y que tan solo mi corazón lo recuerda... yo le sigo dando vida y el me sigue dando ese calor del que las almas viven.

Alguna parte de mi ser aun la contemplan, aun la abrazan con lagrimas de pensamientos con los que a veces nos toca lidiar en esta vida por no ser correspondidos. Aun la contemplo con esos sentimientos encontrados con los que el ego nos trata de mentir... pero yo soy testigo de la verdad... pues alegria y dicha son los que mi corazón me dan al sentirte.

Y es un amor puro. El solo hecho de hablar de ella lo purifica todo y borra esas instantáneas, esos arrebatos del ego, esas formas de pensar que nos separan del amor que nace en cada momento por el simple hecho de compartir espacio y tiempo

Siento su presencia en mi interior... en cada pixel imaginario de luz que se enfoca en mi retina y que me recuerda con sus tonos a los días que un dia me unían a ella.
Y me pregunto yo ¿Donde están esos pixeles? ¿son reales? ¿están en mi cabeza o en mi alma?

Y mis ojos no pueden no humedecerse cuando escuchan al corazón gritar que la calidez de esa linea tan fina que une a dos cuerpos por sus manos ya no van a poder existir porque el tiempo y los recuerdos borrosos se la están llevando...

Y mi alma merodea a veces solitaria y en silencio por todos los rincones en los que un día nuestras fragancias se confundían... y quiere volver para llorar su ausencia... par revivir ese calor que su compañía le daba en ese sueño de locura de ventanillas rotas, de céspedes sucios y de arboles rallados en los que mi presencia no fue suficiente pero en la que la suya lo era todo para mi...

Luces, temperaturas, brisas y personajes de dibujos que me devuelven a ella, de los que me hallo preso pero de los que no quiero escapar...

Y por eso la alma de mi alma déjame besar tus pestañas con mis pestañas pues este corazón roto esta hecho en parte de ti. Este corazón roto es un recuerdo de ti respirando en mi nunca... es un recuerdo de mi respirando en tu nuca...

Y te pido perdón pues en el querer sin querer de los egos mas estúpidos... algunas mentes se ofuscan, como la mía en aquella ocasión

Te quiero bonita.
Mi Diosa de la luna... protectora de los animales...
Donde quiera que estés, soy siempre tuyo.
No me olvides.

[Wildcat]

Subí al monte y vislumbré picos lejanos en lontananza. Llevaba conmigo un bocata de chorizo, con pan industrial de supermercado. En algún lugar del camino, me palpé el bolsillo y la merienda se había reblandecido. El calor no perdona a la montaña en el solsticio. Repentinamente, me noté cansado.

Me senté sobre un tronco, a la sombra de un roble torcido. Hileras de hormigas parecían esperar el festín que les iba a llover del cielo, en forma de minúsculas migas; ¿se regocijan las hormigas? Pues ni idea; al tema. Con delicadeza el papel de aluminio abre paso a la merienda blanda y recalentada, ¿cuánto me queda de agua?

Al hincar el diente en el alimento, por alguna razón, pensé en ella; un rato, masticando. Nostalgia y estima, entre los colores y los olores vivos del monte. Fueron dos segundos. Pues bueno, acabé y me conciencé de que si no bajaba por el camino sur, lejos de la lengua de pedruscos, mis tobillos me lo estarían recordando el resto de la semana.