Y otra cosa diré, Serendipity: mi padre, que en paz descanse, ya notaba en mí este defecto, y me decía que no debía tratar tan bien a las mujeres hasta que me demostraran mucho. Vamos, que fuera al tema y no me permitiera enamorarme de ninguna. Hasta que apareciera una chica que realmente lo valiera (y lo demostrara con el paso del tiempo). Como todo buen padre, quería lo mejor para su hijo.
Lo malo viene cuando uno vincula demasiado el sexo a la parte emocional y/o sentimental. Y es por eso que soy tan cazurrillo.
|