Podrá estar dando palmas con las orejas, pero para mi no deja de ser un destrozo y, desde luego, no es un ejemplo a seguir en lo que a envejecer con dignidad se refiere.
Yo conozco tres casos más, pero en todos ellos los emparejados llevan siéndolo más de diez o quince años, por lo que no son ejemplo de cambio como tal.