Sentimentalmente manda mucho el corazón, digamos que estamos predispuestos a ser más flexibles, tolerantes y comprensivos. Hasta ese punto lo veo de esa forma, manda el corazón pero con dosis...
Pues durante estos últimos años me ha mandado mucho más la razón que el corazón, pero ahora, la verdad sea dicha, manda más mi corazón que mi razón, por eso también sufro, pero es un sufrimiento...