Lo cual resulta contradictorio. Porque si los sacerdotes, que promulgan el amor, defienden la familia, el matrimonio, etc, son los primeros que no pueden casarse ni tener hijos... suena hasta cómico.
Matar es pecado, claro que sí. Por eso la Iglesia, que es quien primero debe predicar con el ejemplo está manchada de sangre. Cuantos han muerto asesinados y torturados "en nombre de Dios"...