Sospecho que muchas relaciones son como una especie de teatrillo. Es decir, con unas miraditas tiernas, unas carantoñas, edulcorarlo todo y... ¡ya tenemos una relación!. Pero realmente se sustenta en poco, o en nada.
En tu caso me llama la atención que hables de como te portaste con él y lo que hiciste por él, pero no hablas de sus virtudes, de lo que te gustaba de él, el modo en que te enriquecía como persona, y al contrario, qué le aportabas tú a él.
Al final parece que lo conocías poco, que no sabías de sus anhelos y de sus inquietudes, y parece que tampoco le enriquecías como persona, o no le ayudabas a ello.
En mi modesta opinión deberíamos hablar menos de "tener una relación", como si fuera un acuerdo o un contrato, y más de una unión o comunión con otra persona, no sólo en lo físico y en las carantoñas, o las actos amables. Si no, es una cosa superficial que aburre y se acaba.
Ese 40% de personas casadas y felices, que a lo mejor no todas son felices, tienen en común que viven la aventura de la vida juntos y codo con codo, con todos sus retos y altibajos.
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