Como garfios de plata se clavan tus dedos en mi cuerpo [...]
Olor de algo que no existe,
de amor, que tal vez no existió jamas [...]
Como fauces de loba,
se clavan tus dientes en mi cuerpo [...]
Entre las sombras de esta cama,
besándome despacio,
eres la fiera que apenas conozco.
Quiero morirme en este momento,
quiero quedarme clavado a tus besos.
Quiero morirme en este momento,
quiero quedarme clavado a tu cuerpo.
El nuestro no es un amor perfecto,
pero tampoco los ángeles tienen hélices.
A veces te busco y solo quiero sexo,
sólo quiero tu cuerpo.
Y tu me dices que no somos felices.
Eres lo que busco siempre que te alejas
dejándome vacío a tus espaldas.
En esta vieja cama,
de habitación de hotel barato.
Temblando, como un perro viejo.