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Hace pocos días que he vuelto, y en breve volveré a irme. Por lo que he aprovechado estós días para ver a conocidos, amigos y amigas.
Bien, en uno de mis encuentros cafeinados de media mañana con una vieja amiga de la infancia, de la quinta de los treintañeros, y tras ponernos un poco al día sobre el marchar de nuestras vidas, sin poder evitarlo, ha surgido el tema sobre el progreso de nuestros avances en el campo de las relaciones.
Por mi parte no hay mucho que contar. Como algunos sabréis, tras una relación larga, actualmente estoy disfrutando uno de mis mejores momentos de soltería deseada. Sin embargo, mi vieja amiga de la infancia, durante su turno, me describió con todo lujo de detalles el tormento de la soledad no deseada. He de decir que si bien, ella no es una de esas diosas del photoshop de las revistas, si resulta una chica atractiva dentro del baremo de medición de los mortales como nosotros los ciudadanos de a pie.
Lo primero que se me pasó por la cabeza fue "¿Donde está el problema?, ella es una chica maja y aunque la celulitis y la barriguita le van ganando la carrera, tiene un rostro agradable y resultón". Y fue en el momento en que escuché de su boca unas palabras que dieron luz y sentido a todo de un solo golpe, como un flash que ilumina una habitación a oscuras. La frase fue "¿Por qué no quedan hombres en condiciones?". Yo en alguna que otra ocasión le hablé de amigos en común que son solteros y están disponibles, pero ella directamente se negaba en rotundo.
Fue entonces cuando se me ocurrió preguntar.- "Veamos, defíneme que es para ti un hombre en condiciones y podré darte una respuesta".- Ahí fue cuando todas las piezas encajaron. Ya que siendo completamente sincera en su respuesta debido a los años de confianza mutua, me respondió:
.- Que se cuide y me resulte físicamente atractivo.- Yo le pregunté .-¿Y como debe ser para resultarte físicamente atractivo?.- A lo que ella prosiguió
.- Pues que sea alto, delgado, y por Dios, que tenga el pelo en su sitio, jamás podría resultarme atractivo un hombre calvo.- La animé a continuar con sus requisitos.
.- Que sea inteligente, culto, cariñoso, atento, fiel, que no fume y ya con treinta y tantos años, que mínimo que tenga un trabajo en condiciones y por Dios, que no viva con sus padres. Y ya, y esto aunque no es imprescindible, si le daría muchos puntos, que tenga carnet y coche, que a esa edad es lo normal.
Tras su descripción de "un hombre en condiciones" me límite a ser diplomático y añadir con tacto un cortés "bueno, ya llegará". Después la conversación fluyó por otros cauces hasta llegar a su fin.
Aquí es donde he llegado a la siguiente conclusión:
Si una diplamada en magisterio treintañera, entrada en carnes, en paro, que vive con su abuela y sin ningún tipo de patrimonio tiene una caché tan elevada. ¿Qué será de algunos de mis amigos que por desgracia y mala suerte en los tiempos que corren, a pesar de ser tíos majísimos, están en paro, no han podido aún sacarse por falta de recursos el carnet de conducir, viven con sus padres, y para colmo algunos van perdiendo el pelo y ganando algo de tripa?
Señores y señoras, la burbuja sexual ha llegado.
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