Respuesta: Carmen y el amor
 

Si, y como el torero, que salió ileso del "percance" ;)

Respuesta: Carmen y el amor
 

Carmen nunca podría vivir como don José, su personalidad es demasiado visceral, y si lo intentases, terminaría aburriéndose y no tardaría en volver a ser ella misma.

Don José sí que puede intentar ser como Carmen, de hecho en la ópera de Bizzet así lo hace y se tira al monte con ella y sus compinches para ser un forajido viviendo a la intemperie. Pero entre que esa vida no está hecha para él y que los celos le devoran, se va viniendo abajo y embrutenciendo cada vez más, hasta terminar con el juicio completamente perdido.

En definitiva, ni las aguas bravas pueden ser mansas ni las mansas convertirse en bravas.

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Sí, ese fue el que salió mejor librado de toda la tragedia. Y aunque narcisista, era un tipo noble, eh.

Respuesta: Carmen y el amor
 

Así es. Los problemas no vienen de ser como.son, sino de tratar de ir contra sí mismos. Es que no se puede tener todo.

Respuesta: Carmen y el amor
 

Totalmente de acuerdo contigo, Danteojos, que ni las aguas bravas pueden ser mansas ni viceversa. Yo de niño fui educado en una ideología cristiana conservadora y tradicionalista. Durante mi adolescencia, me aparté de ello y traté de ser anarquista merced a varios grupos de rock radical o punk, como La Poll* Records, Eskorbuto, Kortatu y otros, pensaba yo que era anarquista por vivir como yo quería y buscar lo que pensaba que era la libertad, con los consecutivos enfrentamientos con mi familia. Todo esto fue durante mi época de instituto, en especial en los últimos años.

Pero al llegar a la universidad, empecé a juntarme con anarquistas de verdad, que nada tenían que ver con "macarras de pueblo" que se creían duros por llevar camisetas de Exploited y pintar A de anarquía en sus chupas de cuero. No, el anarquismo auténtico nada tenía que ver con ello y los anarquistas universitarios, quienes distaban mucho de llevar la pinta que tenían los "punkarras pueblerinos", me lo explicaron bien. Para ser anarquista, lo primero debía moderar mi lenguaje y cambiar mis actitudes, una especie de "reeducación" y ver a las personas femeninas del mismo modo que a las masculinas, es decir, igualitarismo puro y duro, así como que lo perfecto era la bisexualidad y que lo importante era la persona y no el sexo. En definitiva, vi ahí un sectarismo y una imposición que luego a luego me parecía bastante más peligroso que el nacional catolicismo. Con lo que poco a poco fui apartándome de las ideas revolucionarias y volví finalmente al conservadurismo cristiano. Yo no estaba hecho para ser un Bakunin y por supuesto nada de "macarra de pueblo". Sigo siendo fan del rock potente a tope, pero nada de ideología sectaria y mucho menos de "rabieta adolescente". Busco la libertad a mi manera.

En definitiva, quien ha nacido para ser manso no puede jugar a ser bravo, ni tampoco lo contrario. Esto puede aplicarse a todos los ámbitos de la vida y por supuesto al amor. Se dice que triunfan con las mujeres los más caraduras o lo que tienen un gran nivel de habilidades sociales, en detrimento de los tímidos o los que van de "buenos" que quedan siempre como eternos amigos de las chicas que pretenden. Pero nunca hay que envidiar a los triunfadores, uno ha de mostrarse siempre él mismo, porque tratar de jugar a ser "malote" solo puede llevar al fracaso multiplicado por mil. Se nota que todo es una pantomima y una simulación. La sinceridad es lo que debe prevalecer y por supuesto cada oveja con su pareja. Un Don José no pega con una Carmen, como hoy día un hombre de pensamiento hogareño y tradicional no pega con una chica asidua de discotecas.