La cuenta por favor...
 

Es un tema que se discute en diversos foros, pero que a mí no me ha quedado tan claro (seguramente debo leer de nuevo). Tengo bien entendido que cuando se proyecta una personalidad madura, confiada, divertida, espontánea, segura (una personalidad carismática, en pocas palabras); usar el dinero sobra, es algo que está de más y va en detrimento de muchos intereses nuestros, un hombre realmente interesante nunca "compra" atención. No me opongo a una invitación a cine, a un parque de diversiones, a almorzar o un pequeño "detalle" hacia alguien que realmente nos importa y solamente en circunstancias que lo ameriten como un día especial o cuando es totalmente inesperado (ya saben, aquello de manisfestar el lado romántico de uno). Mi duda tiene que ver con un momento específico: salimos con alguien que conocemos de pocos días atrás, compartimos unas cervezas o una botella de vino (o lo que sea; algo sencillo, no estoy hablando de babosadas como una primera cita con ramos de flores en el sitio más caro de la ciudad) y viene la hora de pagar; entonces, ¿cuándo pagamos toda la cuenta y cuándo pagamos por mitades?, ¿hay algún estándar o patrón para ello?, ¿cuándo se es desatento y cuándo servil?, ¿cuándo se es caballero y cuándo denota ordinariez? Pregunto porque muchas mujeres dicen que si uno no paga toda la cuenta es un tacaño, un descortés, un desconsiderado o un pobretón; otras tantas mujeres en cambio asumen que si uno paga los gastos de ellas, no lo hace por caballerosidad o como simple acto de gentileza sino porque algo a cambio busca (dependiendo de si son mujeres aprovechadas o no, y de si uno lo permite, pueden con el tiempo sacarle jugo a la situación, o pueden perder interés en uno al sentir que de cierto modo uno tiene poco que ofrecer y por ende "paga por su compañía"); bueno, creo que son extremos del espectro entre los cuales la mente femenina se ubica. Agradezco sus comentarios.