De un tiempo a esta parte he salido solo, acompañado, adosado, sujetando cirios… lo juro, no me apoltrono en el sofá, aprovecho o incluso “fuerzo” cualquier situación u oportunidad para conocer gente.
A mi edad, no tener personas con las que disfrutar de los buenos y los malos momentos que nos acechan cada día, parece más difícil de resolver que cuando era más joven. De chaval los cambios de ambiente son casi forzados (colegio, universidad, múltiples y lamentables trabajos de verano), de ahí nacían remezclas de cuadrillas que formaban otras, pero ahora todo es más estable, la gente parece tener hecha su vida a jornada completa, con poquitos huecos que rellenar y entornos muy definidos.
Cada noche, antes de dormir, me asomo a la ventana, y al otro lado del parque veo cómo se levanta una colmena de cuadrículas, que parpadean aleatoriamente como un mosaico de luces, en cada una se encierran vidas, y yo me pregunto… en alguna de ellas o en otras no muy lejanas, ¿no habrá gente que como yo, no tenga con quién compartir su día a día?.
No tengo problemas para relacionarme, pero parece como si todo el mundo tuviera ya sus vidas encarriladas, completas, copadas, no hay sitio para nada más.
Salgo del curro y mi móvil sigue mudo (excepto el puto mensaje con decepcionante remitente: Vodafone publi
, mañana me cambio a Orange, va, será la misma mierda), sigo esperando un sms o una llamada que “rescate” mi solitaria tarde, como no llega, tomo la iniciativa “suplicando” unos minutos. Generalmente encuentro a algún compañero, conocido, familiar, o alguien que está ocioso por un rato.
Está bien, un rato agradable o incluso estupendo, pero según estoy regresando a casa pienso, ¿cuándo volveré a ver a este o estos tíos?. La despedida es siempre un “nos vemos”, nunca un “hasta mañana”. Relleno el hueco de muchos integrantes de conjuntos, pero no pertenezco a ninguno, es frustrante.
Echo en falta gente que no sea una tarde de café, una cena de viernes, o una borrachera de sábado, alguien con quien el contacto sea permanente, conocer nuestros horarios, compartir aficiones…
Parece que la soledad no es proporcional a la cantidad de personas con las que tratas, sino a la profundidad de esos encuentros.
Otras veces que no encuentro compañía y no me "hace" salir solo, me piro con el coche, ya se que esto no es muy sociable y en mi situación no debería darme estos lujos, pero me gusta conducir, aún sin BMW
. Mi mente imagina mi ciudad a vista de “google earth” como el núcleo de una margarita, yo trazo los pétalos con absurdas rutas con destino “el regreso”. Horas detrás de un volante que parece, con el paso del tiempo, envejecer mejor que yo. Poco bien al medio ambiente…
Tiene que haber gente en mi situación no muy lejos, yo llegué aquí de un día para otro, cuando la relación que ocupaba todo mi espacio fracasó. Gente recién mudada a la ciudad por temas laborales, otros que cometieron el mismo error que yo de abandonar todo lo demás por alguien, un nuevo parado con tiempo para derrochar (de estos, según las cifras, debería dar una patada y salir a decenas XD!!!), solitarios expresidiarios que acaban de conseguir su libertad, uno que despierta de un coma, yo que se…
¿Dónde coño está esa gente?. Estoy por poner un anuncio…….”monto comuna”
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