A veces el problema es del oyente. Que no acepta una verdad completamente sincera. Y se termina sintiendo atacado.
Pueden pedírtela pero esperan, inconscientemente, que seas "políticamente correcto".
Hay quienes se ofenden escuchando la cruda realidad por muy educada y respetuosa que se la presentes, por el simple hecho de no gustarles o querer reconocerla.