Yo salía de una larga y algo amarga relación. Fueron 6 años con la que había sido mi unica novia y de los que salí huyendo cuando ya estaba a punto de cumplir la treintena. Tenía que encontrar a mi compañera del alma y quería emplearme a fondo pero sin prisas.
En los meses siguientes, imaginad: la revolución hormonal y volver a probar sensaciones adolescentes
Mucha noche y mucho por catar. Y mucho por sorprenderme a mi mismo. Vivir, en definitiva.
Hasta que una noche ELLA apareció llamándome por mi nombre. Yo no la reconocí al principio. No sé si me nublaba más la vista el alcohol o esos ojos tan bonitos y oscuros, que parece que puedas perderte buceando en ellos...Me sacó de shock enseguida: soy la hermana de "Javi", me aclaró.
Ahí quedó la cosa. Durante meses nos encontrábamos algunas noches, siempre en las mismas circunstancias.
Así fue como nos fuimos acercando, poco a poco, a base de miradas y breves conversaciones. Cada vez más electrizantes.Y cada roce, cada gesto, cada mirada delataban más nítidamente nuestra atracción. Y nuestra convicción, quizá, de que lo nuestro no iba a acabar en nada.
Su hermano mayor, sus amigas, nuestra diferencia de edad, nuestros encuentros etilicos, sus 21, mis 28, este pueblo no muy pequeño ni muy grande pero pueblo...barreras menudas de cristal pero, juntas, duras como el granito.
La desconfianza, sus temores, los míos, realmente nunca sabré con certeza la razón última, nos distanció. Saludarnos menos, hablarnos nada, mirarnos siempre a escondidas, peleando por nuestro orgullo...a veces es dificil interpretar estas situaciones. Lo dudé pero creo que la amaba y daría cualquier cosa por poder volver atrás y haber hecho las cosas bien. Porque creo que siempre la amaré y que ella alguna vez sintió lo mismo por mi.
Quise abandonar la partida, hacerme invisible para ella y encontré a la que hoy es mi pareja. La quiero y es una persona increible, de veras.Pero nunca me saqué a ELLA de mi cabeza.Cada día libro una batalla en mi corazón para intentar saldar esa deuda de amor que parece que no vaya a poder pagar nunca.
Aun nos vemos a veces y cada vez es peor y más violento mirarnos a los ojos. Silencio y miradas que me matan.
No sé si se hacía la dificil o yo fui un gilipollas. El caso es que estoy perdido y necesitaba compartirlo con alguien...perdón por la chapa.