| arresinado |
Por el retrovisor.
Tras el primer episodio de "Los enamoramientos de arresinado", http://www.foroamor.com/la-nina-de-la-bicicleta-36425/, quiero contar una nueva escena de la que fuí actor principal.
Todo sucedió ayer, a la salida del trabajo. Me subí a mi coche, como siempre, y me dirigí hacia la salida del parking de la empresa, para incorporarme a la carretera que me lleva hacia mi dulce hogar. Susodicha carretera es conocida en el pueblo porqué es portadora de un tráfico diabólico.
El caso es que tengo que salir del parking y girar hacia la derecha por lo que, como todos sabemos, tengo que fijarme en el tráfico que viene de mi izquierda. En esas estaba yo, esperando al maldito hueco para meter mi auto, cuando se me planta al lado otro coche con intención de girar hacia el lado opuesto al que giraba yo, es decir, hacía la izquierda. Me encontraba mirando el tráfico, a través de los cristales de otro coche. En un momento dado mi ojo se desvió un poco de su objetivo y acierto a ver a... LA CONDUCTORA... ¡Que cosa más bonita! Era un ser que irradiaba belleza por los 4 costados. Pero no esa belleza artificial exuberante. Irradiaba mágia. Una mujer de largo pelo rubio, de ojos preciosos (me parece que eran azúles pero tampoco me pudé fijar tanto), una boca.. unos rasgos.... ¡Un cielo!
Tras unos instantes de desconexión con el mundo real, escuchando los aporreos de mi corazón contra la caja toracica, intento volver a centrarme en la carretera. La muchacha de mis sueños hace lo propio, y al cabo de unos tensos 3 segundos, ambos encontramos el hueco esperado a la vez, y nos incorporamos a la carretera, eso sí, en direcciones opuestas.
Mientras andaba por la carretera miré por el retrovisor y ví su coche alejarse, hasta que desapareció en el horizonte (esto es un pequeño adorno del texto  ).
No sé que hacía allí aquel angelito, pero seguramente se habría perdido, así que muy posiblemente no la vuelva a ver. Pierdo así la esperanza de que algún día el motor de su coche empiece a humear para poder bajarme y decirle, "¿Puedo ayudarle en algo, señorita?"
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