(Nuevos Primero)
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| 30-Sep-2008 19:14 |
| Lucius_Hunt |
Cita:
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Iniciado por Standby
yo con lo que mas alucino de este tema es el circo que estan montando ciertos programas sobre el asunto. dan ganas de vomitar
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Totalmente de acuerdo, lo de la tele en España es vergonzoso.
Al parecer, a esa "señora" le dieron 70.000 euros por ir a un programa de televisión a soltar sus chorradas, mientras Neira está muriéndose en un hospital :x
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| 30-Sep-2008 12:42 |
| boaboa |
PUes yo creo que está maltratada, o es anormal... a ver... como puede decir lo que dijo y luego ir de víctima como va, que creo que está con ataques de ansiedad?
Esa tía no está bien, es una prepotente pero se enmascara en eso para ocultar que está pillada por un tío, que psicológicamente la tiene anulada.
Mira, dijo que pobrecillo su novio que era un enfermo drogadicto, ojo.. pobrecillo efectivamente porque es drogadicto, xro no se puede defender a alguien así`cuando el otro señor está muriéndose en un hospital. POr lo menos agachar las orejas, y no llorar.
Esa tía está mal, te lo digo yo. NI mala ni buena... está mal de la cabez.
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| 30-Sep-2008 12:35 |
| Afrodita70 |
En mi opinión las mujeres maltratadas sí son víctimas y creo que deberíamos ser prudentes a la hora de decir que tienen la culpa o son responsables de ello. Todos sabemos lo que es un cerebro lavado, esto empieza anulando el autoestima de alguien por completo y dejarla tan en el aire y en la duda de todo incluso de identidad, que les es imposible decidir si dan un paso a la izquierda, derecha, adelante o atrás. Así pues sólo tienen seguridad en una cosa, un único guía, en la imagen de fuerza que representan estos psicópatas maltratadores (que en realidad de fuerza nada pues son el producto de compleos propios que no les dejan vivir si no es demostrándose continuamente lo que pueden influir sobre otra persona y como la reducen una y otra vez... ) Por mucho que oigan, las aconsejen, les den cien números donde pedir ayuda, la mayoría de estas mujeres no se defenderán por terror a estos individuos y por sentir que todo es inútil además de la dependencia que en muchos de estos casos se crea, una especie de síndrome de Estocolmo.
En cuanto a la señora esta que mencionan...no la veo exenta de carácter y su papel de mujer maltratada no me convence. Cuando la observaba, veía en sus ojos algo que no se me asemeja con los de una víctima de género, le vi maldad, locura...no sé...tenía ira en la mirada, una diabólica mirada y no me gustó el alma que le adivino. Para mi no es la típica maltratada, yo pienso que puede ser tan maltratadora como su pareja además de adoradora de su verdugo...Esa mujer no me gusta nada y no solo por sus cínicas, desagradecidas y desalmadas declaraciones.
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| 30-Sep-2008 09:55 |
| boaboa |
La tía esa está realmente mal, es una maltratada... de hecho fue maltratada hace años por su antigua pareja.
Es una ingrata y necesita ayuda psicológica, lo malo es que no lo ve y encima que hay un señor muriéndose por su culpa ella sigue haciéndose la víctima.
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| 30-Sep-2008 09:52 |
| usuario_borrado |
yo con lo que mas alucino de este tema es el circo que estan montando ciertos programas sobre el asunto. dan ganas de vomitar
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| 30-Sep-2008 09:27 |
| boaboa |
Cita:
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Iniciado por Jaqueline
Cita:
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Iniciado por shiboin
Me encanta Pérez Reverte. Es fantástico.
Supongo que es x el tema de el profesor Neira y la zorra de la novia del tio que le dejó en coma. A algunas les va la marcha.
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Sí a este me referia yo. |
No está en Barcelona Jaqueline, está en Madrid. fue en Madrid
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| 30-Sep-2008 05:19 |
| Eldescarriau |
Cita:
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Iniciado por Jaqueline
Pero hasta que punto son las culpables? Simplemente van trasmitiendo lo que le han enseñado, sin pararse a pensar siquiera de que talvez haya otro camino, que talvez las cosas podrian ser diferentes....
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Culpables no, responsables sí.
Es casi imposible, en la sociedad actual, que una tía maltratada nunca haya recibido algún tipo de información, no haya tenido cerca alguien que le haya abierto los ojos. Otra cosa es que haya querido asumir abiertamente su estado enfermizo.
La mujer golpeada repite si, un esquema en donde no existe relaciones entre pares, sino que tiende a relaciones dominante- dominado de características brutales. Pero cuando no sólo corre el riesgo de su propio ser, sino que alegremente espera cambiar a su pareja, mientras tiene hijos con él... hijos que también recibirán una tortuosa y sórdida infancia, deja de ser sólo víctima y se convierte en co-victimaria.
Detenerse a pensar en los caminos alternativos de nuestra existencia, es precisamente lo que nos distingue de las bestias.
Aunque cuando los seres humanos dejamos de pensar... corremos el riesgo de convertirnos en algo peor, mucho peor que las bestias.
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| 23-Sep-2008 21:07 |
| Jaqueline |
Cita:
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Iniciado por shiboin
Me encanta Pérez Reverte. Es fantástico.
Supongo que es x el tema de el profesor Neira y la zorra de la novia del tio que le dejó en coma. A algunas les va la marcha.
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Sí a este me referia yo.
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| 23-Sep-2008 21:06 |
| Jaqueline |
Bueno, en barcelona un señor ahora mismo está hospitalizado (en coma, es posible que muera) por una paliza dada mientras defendía a una mujer... esta chica ha aparecido en programas estilo salsa rosa defendiendolo... ("sólo estaba forcejeando")
Lo triste es que las mujeres son trasmisoras de la tradición, la tradición machista y patriarcal. Pero hasta que punto son las culpables? Simplemente van trasmitiendo lo que le han enseñado, sin pararse a pensar siquiera de que talvez haya otro camino, que talvez las cosas podrian ser diferentes....
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| 23-Sep-2008 20:41 |
| usuario_borrado |
muy aguda shiboin :wink:
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| 23-Sep-2008 20:18 |
| shiboin |
Me encanta Pérez Reverte. Es fantástico.
Supongo que es x el tema de el profesor Neira y la zorra de la novia del tio que le dejó en coma. A algunas les va la marcha.
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| 23-Sep-2008 20:10 |
| usuario_borrado |
PEREZ-REVERTE: SOBRE PALOS Y VELAS
ARTURO PEREZ-REVERTE: FORMIDABLE.
SOBRE PALOS Y VELAS
El asunto es conocido, así que ahorro nombres y detalles: un caballero acude en socorro de una mujer a la que maltratan, el maltratador le da una paliza que lo deja a las puertas de la muerte, y la maltratada se pone de parte del maltratador. En el fondo es buen chaval, argumenta la churri. A ver quién le ha dado al otro vela en el entierro.
Algunos creerán que eso es raro, pero no lo es. El arriba firmante, por ejemplo, tuvo en otro tiempo oportunidad de presenciar dos situaciones parecidas, una como testigo y otra como estrella invitada, a medias con el rey del trile, Ángel Ejarque Calvo. La primera fue durante un reportaje nocturno en los barrios duros madrileños, allá por los ochenta. Avisada la policía de que un tío le estaba dando a su legítima las suyas y las del pulpo, acudió una patrulla. Y cuando redujeron al fulano, poniéndole unas esposas, la mujer, a la que el otro había puesto la cara guapa, se revolvió como una fiera contra los maderos. «¡Dejadlo, dejadlo, hijos de ****! –gritaba desgañitándose–. ¡Dejadlo!»
La segunda vez salía de calzarme unas garimbas con Ángel en las Vistillas –acababan de soltarlo del talego–, cuando nos topamos con un jambo que le daba fuertes empujones a una mujer contra el capó de un coche, mientras discutían. Le afeamos la conducta y se nos puso bravo. Ángel –hoy honrado currante y abuelo múltiple–, que fue boxeador y todavía entrenaba en La Ferroviaria, lo miró fijo y muy serio, calculando en dónde iba a calzarle la hostia. Y en ésas se nos rebotó la torda. «¿Pa qué os metéis vosotros?», preguntó. Me encogí de hombros y le dije a mi plas: «Tiene razón, colega. ¿Pa qué nos metemos?». Y Ángel, que siempre rumia las cosas muy despacio y todavía andaba mirándole el hígado al otro, levantó una ceja y dijo: «Vale». Y nos fuimos. Y al rato, después de pensarlo un rato, concluyó, filosófico: «Sarna con gusto no pica, colega».
Podría contarles más bonitas y edificantes historias como ésas, y no sólo de individuos e individuas. También entre pavas se dan su ajo. Tengo una preciosa sobre una conocida feminata que varea con frecuencia a su pareja, y la otra sigue allí, encantada, mientras ambas denuncian con mucho garbo y energía el machismo repugnante de la sociedad española. Pero a estas alturas del artículo ustedes habrán captado el fondo del asunto, resumible en lo de Ángel: leña con gusto no duele. La existencia de ciertos verdugos –no todos, pero sí algunos– sería imposible sin la complicidad activa o pasiva de ciertas víctimas. Sobre eso de las complicidades conozco, casualmente, otra interesante historia doméstica, que concluyó cuando él se despertó a media noche, se la encontró sentada en el borde de la cama, mirándolo, y ella dijo: «La próxima vez que me pongas la mano encima, borracho o sobrio, te corto la garganta mientras duermes». Y no volvió a tocarla, oigan. El tío machote.
De cualquier modo, ya no es como antes. Es verdad que hay muchas mujeres en España que siguen siendo rehenes de una sociedad opresiva, perversa, y también de sí mismas. Para ellas poco ha cambiado desde los tiempos en que la familia aconsejaba tragarlo todo por el qué dirán, y el confesor –infalible pastor de cuerpos y almas– recetaba resignación cristiana y oraciones pías. Es cierto también que el ser humano es muy complejo, y no resulta fácil ponerse en el lugar de una mujer maltratada, a menudo sola y desprovista de apoyos y consuelos, o considerar el proceso de destrucción interior, en ocasiones imperceptible para ellas mismas, al que muchas mujeres inteligentes y capaces se ven sometidas en el matrimonio o la vida en pareja. También es verdad que cuando una mujer se enamora hasta las cachas puede volverse, a veces, completamente gilipollas –«En llegando a querer, y más, doncella, / su honor y el de los padres atropella», decía Lope, llevando el intríngulis a otros pastos–. Todo eso es cierto; pero también lo es que hoy tenemos televisión, periódicos, información circulando por todas partes. Y leyes adecuadas. La ignorancia, el miedo, el amor desaforado, ya no son excusas para ciertos comportamientos y tolerancias.
Cualquier mujer, hasta la más ignorante o estúpida, sabe ahora cosas que antes no sabía. O puede saberlas, a poco que mire. Por eso es tan irritante observar en los hombres, adultos o niños, actitudes que a menudo son sus mismas mujeres, madres, hermanas, esposas, las que las transmiten, alientan y justifican. Es como lo del pañuelo o el velo islámico. Cada vez que veo por la calle a una pava velada con niños pequeños me pregunto hasta qué punto no será culpable, en el futuro, del velo de esa hija y del comportamiento de ese hijo. Poca diferencia encuentro entre la mujer que disculpa al hombre que le sacude estopa y la que afirma llevar el hiyab en ejercicio voluntario de su libertad personal. En tales casos, igual que mi colega Ángel aquella noche en las Vistillas, no puedo menos que pensar: sarna con gusto no pica, colega. Que cada palo aguante su vela. Que cada velo aguante su palo.
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