El problema más allá de la situación, es que opinamos sin tener en cuenta en donde ha sucedido esa acción y lo hacemos mirándonos nuestro ombligo. Pero, es precisamente el contexto el detalle importante, pues dependerá del lugar, de la sociedad o el momento en el que se encuentra esa sociedad sobre la igualdad de género lo que determinará lo procedente o improcedente de la acción.
En todo caso, más que ser o no ser una actitud a censurar, desde mi punto de vista irse de fiesta sin avisar ni sin tampoco haber la costumbre, estando comprometido con otra persona para acabar presentarse a las 7 de la mañana, es además de sorprendente... sospechoso.
Tendemos a suponer que un suceso más o menos reprochable y opinable, tiene el mismo peso y crítica social en New York, en Madrid, en Berlín que en Varsovia, Catania o en Quito, zonas mucho menos tolerantes y más tradicionales socialmente hablando.
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