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Confieso...
Que no quiero que llegue la noche porque tú no estarás aquí.
Que me cuesta hasta dormir desde que no sé nada de ti.
Que mis noches son eternas porque no logro sacarte de mi pensamiento.
Que ya no tengo ojos para nadie más desde que te he conocido.
Que me gustaría retroceder en el tiempo y volver a conocerte de nuevo.
Que daría lo que fuera por verte, sólo una vez más, por última vez.
Que he perdido la cabeza por ti, lo reconozco y ¿qué?
Porque…
Porque me acostumbré a tenerte, cada noche, y desde entonces ya nada es lo mismo.
Porque sólo con saber que sigues ahí, es más que suficiente para mi.
Porque al acostarme siento que me falta algo cuando no sé nada de ti.
Porque sólo tu ocupas mi corazón y cada uno de mis pensamientos.
Porque cuando te conocí en persona me di cuenta de que eras mejor de lo que esperaba, no me lo podía creer y volvería a revivir aquel momento mágico una y mil veces.
Porque cuando estoy contigo me siento tan agusto, aunque no nos digamos nada; simplemente con tu presencia consigues hacerme feliz, es como si el tiempo se parase y no existiera nada más.
Porque estoy aquí, escribiendo como una tonta, sabiendo que tú ni te acordarás de mi…
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