Creo que la cosa funciona por etapas.
Cuando una persona es más joven, es lógico que no quiera ataduras, y quiera disfrutar de su libertad. Pero con los años, por más que a algunos les disguste, el ser humano funciona como funciona.
Y muchas de las personas, sobre todo de cierta edad, que van con el discurso de la independencia, la libertad, y de que son lo más felices del mundo en soltería. Después, cuando un día quedas con ellos porque están tristes, y bajan la guardia, descubres que en la mayoría de los casos toda esa fortaleza de individualismo se desmorona porque solo era cartón piedra para ocultar su vulnerabilidad. Porque en el fondo de su persona, como cualquiera, también desean ser queridos.
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