Tengo una reflexión que hacer, a ver cómo lo ven.
Hay una cosa que me ha despistado en mi vida cuando pasé de la adolescencia a la juventud, y es algo que se empeora luego. Haciendo memoria, tenía un gran amigo que era una persona un tanto vaga en los estudios y también un tanto acomplejada, porque no era guapo y le sobraban unos kilos. Pero era una gran persona y divertida. Nos conocimos en el instituto, eramos compañeros de pupitre, y hablábamos de todo.
Pero llegó la Universidad, y las presiones por encontrar pareja y saber estar en sociedad hicieron mella. Lo que quiero hacer notar es que fue desapareciendo esa persona amable y un tanto vulnerable y apareciendo otra que era más segura, más dura, que incluso empezaba a reprocharme a mí que no fuera más decidido. La verdad es que sólo era fachada. No había aprendido nada valioso sobre la vida, no era más sabio, simplemente había aprendido a ocultar sus complejos y resultar más duro.
Terminamos separándonos. Yo he ido viéndolo en ocasiones, aunque no nos hablamos. Se casó, con una chica que fue la única con la que salió nunca, tuvo dos hijos. En este tiempo le he visto andar con cara tristona, y de un tiempo para acá, las dos veces que le he visto en dos años, va por ahí excesivamente serio, como si fuera todo un señor. En definitiva, su modo de afrontar la vida, lo que aprendió, es a disimular su interior: tener cara de amargado o ir de super serio no es de personas con paz interior o equilibradas.
Otro amigo, también de instituto, también acomplejadillo, usaba otra estrategia para permanecer a salvo del mundo. Lo suyo era no estar en ninguna situación que supusiera una incomodidad, un reto o un esfuerzo, o en el que se pudiera quedar en evidencia. Nunca salió de fiesta (así no se notaría que era toro en lo social), se casó con una vecina, tiene un trabajo de funcionario en el que lleva toda la vida... Él ha sido de esas personas que no dice "no quiero ir de fiesta porque soy tímido y me considero feo, y no tengo fe en que pueda superar todo eso". Él ha sido de las personas que dice "a mí es que eso de las fiestas no me gusta".
Para mí todo esto siempre ha sido una estafa, una mentira. Si conoces a esta gente, sabrías que siguen siendo los chicos torpes y acomplejados del colegio, no han mejorado apenas sus habilidades, pero quieren dar a entender todo lo contrario. No te puedes fiar de ellos ni de su vida ni de su palabra. Cuando te dicen "no hagas locuras" en realidad te están diciendo "no hagas eso, si tienes éxito me dejarás en ridículo". Y es así, tal cual. No dicen "yo eso no lo puedo hacer o no me quiero arriesgar", te dicen "eso no se puede hacer".
No son gente que se alegre de tus logros, esos por los que has luchado y ellos no. Para este tipo de personas lo primero es su integridad personal.
Bueno, para mí ha sido una enseñanza de la vida, que a veces he olvidado. Para mí me vale para saber que no debes fiarte de apariencias de felicidad, o que la gente aparentemente decidida no tiene por qué tener la razón.
Yo ya he aprendido a ir más allá: quién no tiene un semblante despreocupado, esa persona a la que apenas ves nunca sonreir, quién cuando conversas con ellos nunca se mojan, o al contrario, los que son tajantes en todas sus afirmaciones, quienes no son amables sino agresivos... esas no son personas seguras ni equilibradas, esas son personas que han aprendido a llevar máscara. En el fondo, unos estafadores.
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