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Leyendo en un post anterior me han entrado ganas de hablar sobre esa figura en proceso de extinción en los días que corren, la dignidad masculina.
Llevo bastante tiempo en este foro y la gran mayoría de casos y de vivencias que los foreros explican se pueden observar en la vida cotidiana. Todos tenemos amigos, conocidos o conocidos de conocidos a los que les pasan las cosas que se leen a diario en este foro.
Con todo ello me he dado cuenta que los hombres de nuestros días estamos acabados. Nuestra dignidad se ha venido abajo, bailamos al son de los pasos de las mujeres y estamos totalmente a su merced, salvo casos contados.
Tenemos que comernos el orgullo y aguantar estoicamente ese concepto tan odioso llamado RECHAZO, y no sólo eso, si no que tenemos que aprender a gestionarlo para que no nos afecte cuando se repita de manera exponencial en el futuro, y si nos negamos a aceptarlo, automáticamente pasamos a ser considerado unos amargados.
Se que nado contracorriente, se que el hecho de que el hombre tenga que perseguir a la mujer (a pesar de que tanto unos como otras busquen lo mismo) se va a repetir hasta el final de los días, pero estoy absolutamente harto de escuchar eso de "aunque seas tú el que entres, será la tía la que te elija", como si estuvieras presentándote a unas oposiciones cada vez que te medio interesas por una chica. Harto de tener que competir para demostrar que soy mejor que el resto. Harto de la capitalización y de la competitividad en el amor.
Y estoy harto, por que conservo mi dignidad. No quiero tener que gestionar el rechazo porque me jode que alguien me rechace. No quiero ser el que saque la mejor nota en la oposición para el casting de la primera ronda de clasificación para tener la oportunidad de conocer a una tía. No quiero competir con los otros finalistas.
Con eso digo que, me entrego total y absolutamente a la suerte. Sé que una tía no va a venir a mi, aunque le guste nunca lo hará ya que sabe que no tiene que hacerlo. Sé limitará a darme sus supuestas "señales incomprensibles" y si no las cazo, se las dará a otro más "espabilado" hasta que alguno las responda, así que me dejo llevar, me entrego a la diosa fortuna para que ella solita se encargue de hacerlo todo.
Llevo tiempo en ese proceso y me siento más digno que nunca. No tengo que soportar todo ese odioso proceso de ensayo y error que te comporta miles de dolores de cabeza, y que supone una bomba nuclear para la autoestima de cualquier hombre.
Os recomiendo a todos los machos hacer lo mismo. Como mínimo hasta que cambien un poco las tornas y seamos nosotros los perseguidos.
De sueños también se vive.
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