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Algo que nos cuesta duramente a los occidentales es mirar a los otros países sin el prejuicio que nos impone nuestra propia cultura, que también es difícil de digerir.
Miramos al oriente por ejemplo como salvajes: son gente que asesina homosexuales, que lapida mujeres que han sido infieles, que somete a latigazos a quienes cometen algunos delitos, etc.
Miramos a África como otros salvajes: son gente que vive en la miseria, son gente que no quiere salir de su pobreza, son gente con creencias primitivas.
Entre nosotros nos miramos como inferiores, porque el europeo es muy distinto al latinoamericano, que son mirados como gente grosera, inculta y sin modales.
Del Asia que son gente insensible, fría y cínica.
De Rusia que son homófobos y xenófobos, como también de Francia sabemos que son esto último y Suiza y Holanda y Estados Unidos y toda Europa.
De Oceanía no sé mucho, pero seguro pronto dará que hablar.
Hasta es cansador leerlo. ¿Y sabemos lo que opinan de nosotros?
Al menos de España sé lo que opinan los latinos: que son maleducados, borrachos, xenófobos, altaneros.
Sé lo que opinan de mi país, porque he buscado por otros medios, porque si fuera por los oficiales "somos hasta lo que no somos" y esto me llama profundamente la atención, ¿es que se inventan campañas para desacreditar países?, pues desde Homero. Como también he visto campañas para lo contrario, en que a veces parecemos ser verdaderos "seres de luz".
De mi país hay variantes de opinión, pero lo que más se repite es: para los anglosajones somos flojos e hipócritas para el resto. Y muchos no sabían que existíamos. Y para las organizaciones mundiales que ejercen en mi país somos todo lo malo que pisa la tierra.
¿Rusia tiene características de nacionalismo exacerbado?, de tanto en tanto.
Hay quienes no entienden que vivimos en un planeta donde los intereses de las organizaciones grandes se contraponen con los de la población y que estamos constantemente pisando un polvorín.
El problema es que la gente trata esto como sus asuntos personales. En su criterio sino está de acuerdo con el vecino del departamento del frente no le dirige más el saludo y lo excluye cada vez que puede ¡y solucionado! Y lo mismo lo traspasa a los asuntos internacionales.
Que el mundial sea en Rusia es un acto diplomático, tanto como incluir a Corea del Norte en los próximos Juegos Olímpicos. Esto es como ir a China y sacarse los zapatos para entrar a un hogar.
La verdad, es que si Rusia o cualquier otro país, porque puede haber más de alguno que parezca que no mata ni una mosca, es capaz de llegar a una hostilidad mayor no va a ser evitado refregándoles en la cara aquello que les molesta.
Hay muchos juegos para jugar y cada cual tiene sus reglas, sino me gustan los juegos cortos no juego póker de tres cartas. Existen alternativas; si uno se siente mal en su país va para otro, son decisiones que hay que tomar, porque es lo que siempre vamos a tener que hacer: decidir.
Hay gente en sí que no quiere nunca ser limitada y también otras que gustan de provocar, ambas cosas tienen consecuencias, que me imagino ellos bien conocen y que en algunos casos lo usan como estrategia para obtener dividendos.
No toda acción busca el abandono de los prejuicios, porque el más importante prejuicio es querer que todos seamos iguales. Cuando tu diferencia tolerable es que seas igual a mí pues respetar para ser respetado, porque también tenemos nuestros defectos y el mayor de la cultura occidental es su cinismo con respecto de lo que dice a lo que hace: como busca paz haciendo guerras, busca igualdad haciendo clones de todos, busca equidad quitándole a todos, busca libertad de expresión y no sabe cómo lidiar con los que no piensan como ellos.
La obscena locura que se exhibe como valores y que quiere hacer creer que cualquier abuso sea posible en renuncia por una supuesta libertad que te está esperando en la meta. Y que sino quieres subirte a este carro de locos es porque eres alguien despreciable sin ambición, sin metas y casi sin pulso.
Son gente perdida... que busca groseramente seguridades y establecer valores fijos e invariables, que no reconocen lo que les cuesta tanto aceptar: no son Dios y comprender la justicia singular con que operan sus leyes no es lo suyo, sólo paren monstruos queriendo parir un ángel.
Y lidiar con lo que es el bien y el mal es algo tan sutil que hemos llegado a nuestro límite posible estableciendo las máximas. "no hagas con otros, lo que no te gustaría que te hagan" o "tus derechos se acaban cuando comienzan los del otro".
Y el insuperable "amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo" que lo abarca el respeto que hay que tener hacia todo y lidiar con algo tan espiritual, ¡ay qué difícil es cumplirlo satisfactoriamente!, estamos tan llenos de basura de la que vaciarnos y no hallamos dónde botarla.
Los rusos deben estar tan perdidos como los estamos todos. Hacer de ellos el peor de los ejemplos no ayuda tampoco a que mejoren y el no ocuparte de tu propia mejoría menos, de la locura cada vez más insensata y peligrosa que se está convirtiendo la cultura occidental y que se autoproclama como juez moral.
Aún no podemos saber cómo evitar que un país se vuelva agresivo, sabemos el proceso pero no sabemos cómo detenerlo, ¿qué acción tomar que no sea peor que la situación inicial?, por el momento sólo se sabe que esto es como una semilla que regar a diario pero regada por alguien que realmente sea excepcional.
Y sabemos que muchos fingirán ser excepcionales para engañarnos y sabemos que hay pocos excepcionales pues se escribe acerca de ellos y sobre otros que se ha escrito tampoco lo han sido. ¡Qué difícil es todo!, ¿no?
¿Cómo mejorarnos sin convertirnos en arrogantes?, ¿cómo mejorarnos sin perder la emoción?, ¿cómo mejorarnos sin caer en extremos?, etc. Es una línea tan delgada que parece que a cada momento podemos traspasarla y romperla.
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