Me gustaba mucho un chico, y le miraba y le miraba a ver si él se daba cuenta de que le miraba de una manera diferente.
Por varios motivos nunca fue el momento de decirle nada o quizás hubo muy pocos momentos que no aproveché.
El caso es que me daba la impresión de que yo le gustaba también, quizá no suficiente, pero nunca he podido saber si él era consciente de lo que yo sentía. Consideré que si no se acercaba a mí es que no le interesaba, pero lo cierto es que a una parte de mi siempre le quedará la duda
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