A mí sí me gusta que la mujer sepa coser y cocinar y hacer las tareas del hogar. y lo siento por quien tenga un modo de pensar contrario al mío. Sin por ello estar reñido con su independencia económica, una cosa no quita la otra, tampoco se trata de "volver al medievo".
Pero tengo que admitir que, como votante de izquierdas que siempre fui, acabé aborreciendo la izquierda por el rumbo que ha tomado en los últimos tiempos, defendiendo el feminismo radical y el sectarismo LGTB. Los derechos han de ser para todo el mundo sin distinción, pero el otorgar derechos no debe implicar aplastar al contrario. Es un tema muy complejo y es imposible abreviarlo en pocas palabras, pero hay que tener en cuenta que, la libertad individual termina donde empieza la colectiva.
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